No es la primera vez que en nuestra unidad de vigilancia ortográfica analizamos un término en inglés que está "castellanizado". En lugar de "Ironman", la persona que ha escrito el nombre de la película se ha dejado guiar por la pronunciación inglesa y el resultado salta a la vista: "aironman".
Además de este gazapo, volvemos a encontrar una mayúscula sin tilde: "pronunciación", que debería llevarla por ser aguda terminada en -n.
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